Hola a todos una vez más, la vida va y viene y con ella decisiones de las que nos arrepentimos en ocasiones. A veces sucede que, cuando estas decisiones afectan a alguien más llega “la culpa” y con ella muchas sensaciones que se vuelven difíciles de controlar si no son tratadas a tiempo. Acompáñame y vamos a tratar de entender y superar la tan temida culpa.
¿Qué es la culpa?
Hay muchas maneras de abordar este concepto ya que abarca no solo un sentimiento sino una definición jurídica, según la ley la culpa es:
“Una conexión entre una conducta (X) de la persona (A) y la consecuencia o daño en otra persona (B), de modo que pueda verificarse que sin X de A, no hubiera ocurrido daño en B.(Casilla del Pino, 2010)”
Y aquí al unísono todos gritamos “¿queeee?”, bueno, si lo lees despacito y con toda tu atención si se entiende pero, así de primera vista no está sencillo, repasemos entonces:
La culpa según la ley surge cuando una conducta que tú presentas daña a otra persona y es indispensable que se verifique que si tu no presentas esa conducta la personita en cuestión no tendría daño alguno, es decir, es una culpa objetiva y se castiga con aquello que la ley dicte.
Sin embargo, la culpa como sentimiento surge al pensar que dañamos a alguien, sea verificado o no, se basa entonces en aquello que mi mente me dice del hecho, es por tanto una culpa subjetiva y el castigo depende enteramente de ti.
Supongamos que ayer un perrito te ladró por la calle y te asustó, tu lo miraste feo y seguiste tu camino y hoy te enteraste que el pobre perrito fue llevado a la perrera y lo van a sacrificar.
Culpa objetiva: Mirar feo al perrito no hizo que lo llevaran a la perrera por tanto, no tienes la culpa del hecho.
Culpa subjetiva: comenzar a pensar “quizá alguien se dió cuenta que lo ví feo y entonces llamaron a la perrera pensando que era un perrito agresivo y por mi culpa lo van a sacrificar”y a partir de ahí te castigas diariamente por el pobre perrito que llevaste directo a la muerte con tu mirada.
¿Ya viste cómo son diferentes?
Si hablamos de culpa siempre deberíamos tener presentes estas dos perspectivas y tratar de entender si en realidad nuestro acto dañó al otro o es solo nuestra percepción la que nos afirma este hecho.
Ahora, desde la perspectiva psicológica se propone que, ante la culpa hay que responder con la reparación del daño basado en la responsabilidad, es decir, realizar una serie de acciones que se dirigen de manera intencional a la reparación del daño sin caer en lo que llamamos: un sufrimiento inoperante (llegar a un grado de sufrimiento tal que me impide tomar acciones para reparar el daño o incluso para seguir avanzando en la propia vida).
Volviendo al caso del perrito, un sufrimiento inoperante sería tirarse a la cama por días, semanas, etc., no ir a trabajar, mirando al vacío y solo culpándote y pensando en el hecho una y otra vez.
Para superar estos sentimientos debes:
1 . Ser objetivo.
Observa de manera clara si tu acción tuvo que ver con el desenlace o realmente es tu mente la que te hace creer esta relación.
2 . En caso de requerirlo repara el daño.
Si ya te diste cuenta que, en realidad cometiste un error trata de reparar el daño en la medida justa, no por sentirte culpable vas a realizar actos y hazañas para ser perdonado, recuerda, estás trabajando en ti y la culpa se irá cuando entiendas que no puedes decidir en lo que el otro desea, incluso si eso es odiarte lentamente a través de los años.
3 . Visita a un profesional
Este paso es bien importante para lograr entender la medida justa y objetiva de las cosas, no lo olvides, la guía más objetiva siempre es un profesional
4 . Perdónate
No olvides que el proceso de amarse y perdonarse es la parte más relevante del camino, si bien quizá hicimos mal también hicimos muchísimo bien así que tratemos de balancear, ¿de acuerdo?.
Recuerda que si te identificaste con lo que acabas de leer, tienes dudas o culpas que no te han dejado vivir en paz con todo gusto puedes comunicarte a mis redes sociales para platicar o para agendar una cita para terapia:
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Nos leemos pronto.
Referencias:
Castilla del Pino, C. (1991). La culpa. Madrid: Alianza.
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