Hola una vez más. Hoy es lunes, no es quincena y parece que todo el mundo
desayunó gallo porque me he topado con cada enojón que ya parece epidemia,
así que, si tú ya te encontraste con el enojón del día o ya te sentiste el ceño
fruncido te invito a que te quedes y platiquemos de una de las emociones más
básicas, la ira.
La ira según la definición psicológica es “una reacción de irritación, furia o cólera
causada por la indignación y el enojo de sentir vulnerados nuestros derechos”, una
definición más orgánica dice que la ira es “una respuesta emocional primaria que
se presenta cuando un organismo se ve bloqueado en la consecución de una
meta o en la satisfacción de una necesidad” (Izard, 1991).
Los psicólogos somos expertos en tratar de explicar un sentimiento tan visceral
como la ira en forma de definición, a eso nos dedicamos (por eso casi nadie nos
entiende) pero mi misión en la vida (aquí tienes que agregar el eco de héroe): es
tratar de acercar a todos a una psicología más amable y equilibrada así que
tratemos de entender el término.
Imagina que un día estás tranquilamente viajando en el transporte público con tu
libro favorito o con tu Smartphone viendo tus redes sociales, es un día tranquilo y
hay un lugar al lado tuyo, el transporte se detiene y sube un hombre (tú ponle la
complexión, rostro y aroma que menos te agrade), se sienta a tu lado y todo tu ser
lo percibe pero tu tranquilo sigues en lo tuyo tratando de ignorarlo, de repente
notas que el hombre se estira para ver lo que estás haciendo y ya un poco
incómodo tratas de poner distancia pero mientras más te retiras más se acerca y
tampoco es que puedas alejarte mucho, estás atrapado en el asiento con él.
Comienzas a sentir la incomodidad de tener a alguien tan cerca, hasta sientes tu
brazo pegado al suyo pegajoso de sudor y ya armado de valor le pides que se
retire un poco a lo que el hombre contesta que “este es un país libre y se puede
sentar dónde sea y como sea”, el sentimiento no se hace esperar, este tipo ya “te
encendió la mecha” y te empieza a invadir una sensación de calor en el pecho y
es aquí donde las definiciones empiezan a tomar forma.
Vamos a poner pausa en la escena en este momento, el hombre con todo su ser y
sus acciones generó en ti una reacción porque vulnera tu necesidad de espacio y
tu cuerpo desencadena una serie de mecanismos que todos hemos sentido
alguna vez porque son universales, incluso se ha creado un mapa de emociones
que muestra exactamente dónde se ubican y cómo se irradian las emociones en el
cuerpo.
La ira es una sensación de calor que inicia en el pecho y se irradia hacia los
brazos y la cabeza. Recuerdas las caricaturas de tu infancia? Cuando alguien
sentía enojo por algo se ponía todo rojo o tu emoji de la carita enojada en el
teléfono?, acertaste, también es rojo y esto es porque biológicamente cuando nos
enojamos el corazón empieza a latir más rápido y la sangre se acumula en el
pecho, brazos y cabeza, como resultado nos ponemos rojos y nuestra temperatura
sube, en ocasiones extremas incluso la persona con ira puede sentir palpitar en
los ojos o los oídos.
Play a la escena, estás totalmente fuera de ti, tu cara roja, tus brazos listos para la
pelea, y entre otras cosas empiezas a gritarle al tipo que “si es un país libre
entonces te libere de su horrible presencia”, lo quitas a empujones y te bajas en la
siguiente parada del transporte, pero tu bajada es tan precipitada que te tropiezas,
te caes en el último escalón y se te resbala de las manos tu hermoso libro que va
a dar a un charco o tu valioso teléfono estrellándose la pantalla, sí, eso hace la ira,
nos prepara biológicamente para la pelea y afina nuestros sentidos para atacar a
aquel que nos vulnera pero nos deja expuestos a todos los demás estímulos del
ambiente como el escalón vengador.
El enojo y la ira eran muy útiles en la era de las cavernas pero ahora generan más
problemas que beneficios y ya que seguramente has tenido experiencias
parecidas y eres un ser que desea avanzar te dejo estas recomendaciones,
primero hay que entender que la ira y el enojo son respuestas naturales de
nuestro cuerpo pero no por ello deben ir por ahí sin control, segundo, aprende a
respirar, cuando sientas en el pecho el calorcito de la ira haz el 4x4x4 ( guarda la
calculadora, no es tan matemático como parece, no te asustes) inhala contando
hasta 4, reten la respiración 4 segundos más y exhala en 4 segundos más, esto es
muy útil para relajarte y concentrar tus pensamientos.
Y por último una técnica muy usada es la llamada “detención de pensamiento” y
que crees, ya la usaste hoy mientras leías! (ya ves que es muy útil leer este blog),
cuando sientas que te estás enojando ponte en pausa, analízate, obsérvate y trata
de pensar en la mejor manera de salir de la situación, esto requiere práctica pero
también puede aplicarse de manera posterior al enojo, es decir, ya que la regaste
revisa la escena y ve pausándola hasta encontrar esos momentos que puedes
cambiar.
Y ya para irme, si sientes que tus emociones están fuera de control, que no
cuentas con las herramientas para manejarlas, no tengas miedo y acude con un
profesional para que te ayude.
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